miércoles, 14 de diciembre de 2011

Poetas del atlántico..!

Meira Delmar

Olga Isabel Chams Eljach 
(BarranquillaColombia21 de abril de 1922 - Barranquilla, 18 de marzo de 2009), conocida por el seudónimo de Meira Del mar,1 fue una poetisa[a] colombiana de ascendencia libanesa. Fue una de las más significativas poetisas del siglo XX en Colombia, considerada el nombre femenino más destacado de la poesía del país.2
Fue miembro de la Academia Colombiana de la Lengua desde 1989,3 del Centro Artístico de Barranquilla, de la Comisión Interamericana de Mujeres, del Club Zonta Internacional de Mujeres Profesionales y Ejecutivas y de la Sociedad de Mejoras Públicas.
En su honor fue creado el Premio nacional de poesía Meira Delmar, cuya primera entrega se efectuó el 30 de abril de 2008; y que fue creado para valorar, reconocer y determinar el libro de poesía más significativo publicado y escrito por una poetisa colombiana, residente en el país o en el extranjero.4


Hija de los inmigrantes libaneses Julián E. Chams e Isabel Eljach, empezó a escribir poesía a la edad de 11 años.5 Entre sus primeros escritos destaca A las acacias en flor. Durante toda su adolescencia sintió gran adoración y admiración por las grandes poetisas del sur: Gabriela MistralAlfonsina StorniDelmira AgustiniJuana de Ibarbourou.5 En el ámbito local, la poetisa siempre se declaró admiradora de Amira de la Rosa. No obstante, ha manifestado también su gusto porGustavo Adolfo BécquerPablo NerudaAurelio ArturoRaúl Gómez JattinMiguel de Cervantes y Miguel Iriarte.
Biografía

Realizó sus estudios de bachillerato en el Colegio Barranquilla para Señoritas y sus estudios superiores en la Escuela de Bellas Artes del Centro de Estudios Dante Alighieri de Roma (Italia).7 Estudió música en el Conservatorio Pedro Biava de la Universidad del Atlántico e Historia del Arte y Literatura en el Centro Dante Alighieri de Roma. Más tarde fue profesora de estas materias en la Universidad del Atlántico.7
En 1937 sus primeras poesías -Tú me crees de piedra, Cadena, Promesa y El regalo de la lluvia- son publicadas en la sección Poetisas de América de la revista cubana Vanidades. En el momento de enviar sus poesías decide adoptar el seudónimo Meira Delmar, principalmente para evitar que sus padres y amigos reconociesen la autora de la obra. Meira parte de la modificación del nombre Omaira, de origen árabe; yDelmar resulta de su amor y atracción por el mar. Meses después su obra adquiere popularidad y periódicos y medios nacionales empiezan a publicarla. Entonces vuelve a aparecer en Vanidades con la publicación de los poemas Romance del recuerdoVueloEl encuentro y El vendedor de flores. Años después, Emilia Segebre, amiga de la poetisa revelaría la identidad tras el pseudónimo a Alirio Bernal y este se encargaría de difundirlo en un artículo que escribió para la revista Civilización.6
A petición y ante la insistencia de sus amigos, Ignacio Reyes Posada, Carlos Osío Noguera, Héctor Rojas Herazo y Alirio Bernal, publica en 1942 su primer libro Alba de olvido. El libro fue publicado por Editorial Mejoras, en una edición inicial de cincuenta ejemplares.6 Más de medio siglo después, la revista Semana, en su edición 882 de 1999, lo incluye en una selección de las mejores cien obras colombianas del siglo XX; siendo la única mujer que aparece en la sección de poesía.
Meses después, decidió enviar una carta con sus poesías y su primer libro a Juana de Ibarbourou, domiciliada por ese entonces en Montevideo, para solicitar su opinión sobre las mismas. Tiempo después, lapoetisa manifestaría que la hermosa misiva que recibió como respuesta fue la razón que la impulsó a seguir escribiendo.5
En 1944 ve publicado su segundo libro de poesía, Sitio del amor. Dos años después, en 1946, publica su tercer libro Verdad del sueño.
En 1950 ofrece su primer recital público en la Biblioteca Nacional de Colombia con sede en la capital por invitación de Carlos López Narváez. En esa ocasión es dirigida por Eduardo Carranza. Un año después publica su tercer libro, nuevamente de poesía, Secreta isla, en el que afirma haber alcanzado su propia voz.[b]
En 1957 publica Cuadernillo de poesía No 26 en la colección Poetas de ayer y hoy de Simón Latino en la ciudad de Bogotá. Tiempo después esta obra sería publicada en Buenos Aires.
A pesar de su gran reconocimiento a nivel nacional, ningún libro de la poetisa ha sido publicado por una entidad oficial o estatal; sin embargo ella ha manifestado su descontento por el estado de abandono absoluto en el que se encuentran libros de autores altamente reconocidos.6
Desde 1958 y durante 36 años fue directora de la Biblioteca Pública Departamental del Atlántico;7 que en su honor fue renombrada Biblioteca Pública Departamental Meira Delmar. Llegó a ese cargo por invitación de Néstor Madrid Malo, cuando este era Gobernador del departamento del Atlántico, y fue mantenida en el mismo por 27 gobernadores siguientes. En la actualidad, y en su honor existen el Centro de documentación sobre la mujer Meira Delmar8 de la Universidad del Atlántico y la Sala de lectura Meira Delmar de la Biblioteca Piloto del Caribe.
La poetisa nunca se casó, en sus propias palabras debido a que esperó al amor, y este nunca llegó. Sin embargo, considera que fue afortunada en la vida, pues tuvo grandes amigos; esa fue, según su conclusión, su recompensa por no ser afortunada en el amor.5 6


Obra

La poetisa ha descrito al amor, al olvido y a la muerte como temas centrales de su obra, orientando siempre su poesía al punto de vista femenino de estos temas.5 Así mismo ha descrito la existencia de una media voz en toda su poesía. Un tono proveniente de la nostalgia. En su poseía hay permanentemente la nostalgia de algo, de lo que no pude ser, de lo imposible.6
Entre sus obras más destacadas se encuentran:
  • Alba de olvido (1942)
  • Sitio del amor (1944)
  • Verdad del sueño (1946)
  • Secreta isla (1951)
  • Huésped sin sombra, Antología (1971)
  • Reencuentro (1981)
  • Laúd memorioso (1995)
  • Alguien pasa (1998)
  • Pasa El Viento: Antología Poetica 1942-1998 (2000)
  • Viaje al Ayer(2003)]

Reconocimientos recibidos

  • Doctorado Honoris Causa en Letras de la Universidad del Atlántico.7
  • Medalla de Honor al Mérito de la Sociedad de Mejoras Públicas del Atlántico.7
  • Medalla de Honor al Mérito del Club Rotario de Barranquilla.7
  • En 1998 recibe la Medalla Gran Orden del Ministerio de Cultura de Colombia.9
  • Medalla Simón Bolívar del Ministerio de Educación.
  • Placa de Honor al Mérito y Medalla Pedro Biava del Centro Artístico de Barranquilla.7
  • Venera de la Sociedad Interamericana de Escritores.7
  • Medalla Puerta de Oro de Colombia de la Gobernación del Atlántico.7
  • Orden al merito cultural Luis Carlos Lopéz de la Gobernación del departamento de Bolivar.
  • Premio Nacional de Poesía por Reconocimiento de la Universidad de Antioquia.10
  • Botón de oro de la Corporación Universitaria de la Costa.

Escritores costeños..!

Gabriel García Márquez 

nació en Aracataca (Magdalena), el 6 de marzo de 1927. Creció como niño único entre sus abuelos maternos y sus tías, pues sus padres, el telegrafista Gabriel Eligio García y Luisa Santiaga Márquez, se fueron a vivir, cuando Gabriel sólo contaba con cinco años, a la población de Sucre, donde don Gabriel Eligio montó una farmacia y donde tuvieron a la mayoría de sus once hijos.
Los abuelos eran dos personajes bien particulares y marcaron el periplo literario del futuro Nobel: el coronel Nicolás Márquez, veterano de la guerra de los Mil Días, le contaba al pequeño Gabriel infinidad de historias de su juventud y de las guerras civiles del siglo XIX, lo llevaba al circo y al cine, y fue su cordón umbilical con la historia y con la realidad. Doña Tranquilina Iguarán, su cegatona abuela, se la pasaba siempre contando fábulas y leyendas familiares, mientras organizaba la vida de los miembros de la casa de acuerdo con los mensajes que recibía en sueños: ella fue la fuente de la visión mágica, supersticiosa y sobrenatural de la realidad. Entre sus tías la que más lo marcó fue Francisca, quien tejió su propio sudario para dar fin a su vida.
Gabriel García Márquez aprendió a escribir a los cinco años, en el colegio Montessori de Aracataca, con la joven y bella profesora Rosa Elena Fergusson, de quien se enamoró: fue la primera mujer que lo perturbó. Cada vez que se le acercaba, le daban ganas de besarla: le inculcó el gusto de ir a la escuela, sólo por verla, además de la puntualidad y de escribir una cuartilla sin borrador.

Gabriel García Márquez
En ese colegio permaneció hasta 1936, cuando murió el abuelo y tuvo que irse a vivir con sus padres al sabanero y fluvial puerto de Sucre, de donde salió para estudiar interno en el colegio San José, de Barranquilla, donde a la edad de diez años ya escribía versos humorísticos. En 1940, gracias a una beca, ingresó en el internado del Liceo Nacional de Zipaquirá, una experiencia realmente traumática: el frío del internado de la Ciudad de la Sal lo ponía melancólico, triste. Permaneció siempre con un enorme saco de lana, y nunca sacaba las manos por fuera de sus mangas, pues le tenía pánico al frío.
Sin embargo, a las historias, fábulas y leyendas que le contaron sus abuelos, sumó una experiencia vital que años más tarde sería temática de la novela escrita después de recibir el premio Nobel: el recorrido del río Magdalena en barco de vapor. En Zipaquirá tuvo como profesor de literatura, entre 1944 y 1946, a Carlos Julio Calderón Hermida, a quien en 1955, cuando publicó La hojarasca, le obsequió con la siguiente dedicatoria: "A mi profesor Carlos Julio Calderón Hermida, a quien se le metió en la cabeza esa vaina de que yo escribiera". Ocho meses antes de la entrega del Nobel, en la columna que publicaba en quince periódicos de todo el mundo, García Márquez declaró que Calderón Hermida era "el profesor ideal de Literatura".
En los años de estudiante en Zipaquirá, Gabriel García Márquez se dedicaba a pintar gatos, burros y rosas, y a hacer caricaturas del rector y demás compañeros de curso. En 1945 escribió unos sonetos y poemas octosílabos inspirados en una novia que tenía: son uno de los pocos intentos del escritor por versificar. En 1946 terminó sus estudios secundarios con magníficas calificaciones.
Estudiante de leyes
En 1947, presionado por sus padres, se trasladó a Bogotá a estudiar derecho en la Universidad Nacional, donde tuvo como profesor a Alfonso López Michelsen y donde se hizo amigo de Camilo Torres Restrepo. La capital del país fue para García Márquez la ciudad del mundo (y las conoce casi todas) que más lo impresionó, pues era una ciudad gris, fría, donde todo el mundo se vestía con ropa muy abrigada y negra. Al igual que en Zipaquirá, García Márquez se llegó a sentir como un extraño, en un país distinto al suyo: Bogotá era entonces "una ciudad colonial, (...) de gentes introvertidas y silenciosas, todo lo contrario al Caribe, en donde la gente sentía la presencia de otros seres fenomenales aunque éstos no estuvieran allí".
El estudio de leyes no era propiamente su pasión, pero logró consolidar su vocación de escritor, pues el 13 de septiembre de 1947 se publicó su primer cuento, La tercera resignación, en el suplemento Fin de Semana, nº 80, de El Espectador, dirigido por Eduardo Zalamea Borda (Ulises), quien en la presentación del relato escribió que García Márquez era el nuevo genio de la literatura colombiana; las ilustraciones del cuento estuvieron a cargo de Hernán Merino. A las pocas semanas apareció un segundo cuento: Eva está dentro de un gato.
En la Universidad Nacional permaneció sólo hasta el 9 de abril de 1948, pues, a consecuencia del "Bogotazo", la Universidad se cerró indefinidamente. García Márquez perdió muchos libros y manuscritos en el incendio de la pensión donde vivía y se vio obligado a pedir traslado a la Universidad de Cartagena, donde siguió siendo un alumno irregular. Nunca se graduó, pero inició una de sus principales actividades periodísticas: la de columnista. Manuel Zapata Olivella le consiguió una columna diaria en el recién fundado periódico El Universal.
El Grupo de Barranquilla
A principios de los años cuarenta comenzó a gestarse en Barranquilla una especie de asociación de amigos de la literatura que se llamó el Grupo de Barranquilla; su cabeza rectora era don Ramón Vinyes. El "sabio catalán", dueño de una librería en la que se vendía lo mejor de la literatura española, italiana, francesa e inglesa, orientaba al grupo en las lecturas, analizaba autores, desmontaba obras y las volvía a armar, lo que permitía descubrir los trucos de que se servían los novelistas. La otra cabeza era José Félix Fuenmayor, que proponía los temas y enseñaba a los jóvenes escritores en ciernes (Álvaro Cepeda Samudio, Alfonso Fuenmayor y Germán Vargas, entre otros) la manera de no caer en lo folclórico.
Gabriel García Márquez se vinculó a ese grupo. Al principio viajaba desde Cartagena a Barranquilla cada vez que podía. Luego, gracias a una neumonía que le obligó a recluirse en Sucre, cambió su trabajo en El Universal por una columna diaria en El Heraldo de Barranquilla, que apareció a partir de enero de 1950 bajo el encabezado de "La girafa" y firmada por "Septimus".

Con su hijo y su esposa
En el periódico barranquillero trabajaban Cepeda Samudio, Vargas y Fuenmayor. García Márquez escribía, leía y discutía todos los días con los tres redactores; el inseparable cuarteto se reunía a diario en la librería del "sabio catalán" o se iba a los cafés a beber cerveza y ron hasta altas horas de la madrugada. Polemizaban a grito herido sobre literatura, o sobre sus propios trabajos, que los cuatro leían. Hacían la disección de las obras de Defoe, Dos Passos, Camus, Virginia Woolf y William Faulkner, escritor este último de gran influencia en la literatura de ficción de América Latina y muy especialmente en la de García Márquez, como él mismo reconoció en su famoso discurso "La soledad de América Latina", que pronunció con motivo de la entrega del premio Nobel en 1982: William Faulkner había sido su maestro. Sin embargo, García Márquez nunca fue un crítico, ni un teórico literario, actividades que, además, no son de su predilección: él prefirió y prefiere contar historias.
En esa época del Grupo de Barranquilla, García Márquez leyó a los grandes escritores rusos, ingleses y norteamericanos, y perfeccionó su estilo directo de periodista, pero también, en compañía de sus tres inseparables amigos, analizó con cuidado el nuevo periodismo norteamericano. La vida de esos años fue de completo desenfreno y locura. Fueron los tiempos de La Cueva, un bar que pertenecía al dentista Eduardo Vila Fuenmayor y que se convirtió en un sitio mitológico en el que se reunían los miembros del Grupo de Barranquilla a hacer locuras: todo era posible allí, hasta las trompadas entre ellos mismos.
También fue la época en que vivía en pensiones de mala muerte, como El Rascacielos, edificio de cuatro pisos, ubicado en la calle del Crimen, que alojaba también un prostíbulo. Muchas veces no tenía el peso con cincuenta para pasar la noche; entonces le daba al encargado sus mamotretos, los borradores de La hojarasca, y le decía: "Quédate con estos mamotretos, que valen más que la vida mía. Por la mañana te traigo plata y me los devuelves".
Los miembros del Grupo de Barranquilla fundaron un periódico de vida muy fugaz, Crónica, que según ellos sirvió para dar rienda suelta a sus inquietudes intelectuales. El director era Alfonso Fuenmayor, el jefe de redacción Gabriel García Márquez, el ilustrador Alejandro Obregón, y sus colaboradores fueron, entre otros, Julio Mario Santo domingo, Meira del Mar, Benjamín Sarta, Juan B. Fernández y Gonzalo González.
Periodismo y literatura
A principios de 1950, cuando ya tenía muy adelantada su primera novela, titulada entonces La casa, acompañó a doña Luisa Santiaga al pequeño, caliente y polvoriento Aracataca, con el fin de vender la vieja casa en donde él se había criado. Comprendió entonces que estaba escribiendo una novela falsa, pues su pueblo no era siquiera una sombra de lo que había conocido en su niñez; a la obra en curso le cambió el título por La hojarasca, y el pueblo ya no fue Aracataca, sino Macondo, en honor de los corpulentos árboles de la familia de las bombáceas, comunes en la región y semejantes a las ceibas, que alcanzan una altura de entre treinta y cuarenta metros.
En febrero de 1954 García Márquez se integró en la redacción de El Espectador, donde inicialmente se convirtió en el primer columnista de cine del periodismo colombiano, y luego en brillante cronista y reportero. El año siguiente apareció en Bogotá el primer número de la revista Mito, bajo la dirección de Jorge Gaitán Durán.
Duró sólo siete años, pero fueron suficientes, por la profunda influencia que ejerció en la vida cultural colombiana, para considerar que Mito señala el momento de la aparición de la modernidad en la historia intelectual del país, pues jugó un papel definitivo en la sociedad y cultura colombianas: desde un principio se ubicó en la contemporaneidad y en la cultura crítica. Gabriel García Márquez publicó dos trabajos en la revista: un capítulo deLa hojarasca, el Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo (1955), y El coronel no tiene quien le escriba(1958). En realidad, el escritor siempre ha considerado que Mito fue trascendental; en alguna ocasión dijo a Pedro Gómez Valderrama: "En Mito comenzaron las cosas".
En ese año de 1955, García Márquez ganó el primer premio en el concurso de la Asociación de Escritores y Artistas; publicó La hojarasca y un extenso reportaje, por entregas, Relato de un náufrago, el cual fue censurado por el régimen del general Gustavo Rojas Pinilla, por lo que las directivas de El Espectador decidieron que Gabriel García Márquez saliera del país rumbo a Ginebra, para cubrir la conferencia de los Cuatro Grandes, y luego a Roma, donde el papa Pío XII aparentemente agonizaba. En la capital italiana asistió, por unas semanas, al Centro Sperimentale di Cinema.
Rondando por el mundo
Cuatro años estuvo ausente de Colombia. Vivió una larga temporada en París, y recorrió Polonia y Hungría, la República Democrática Alemana, Checoslovaquia y la Unión Soviética. Continuó como corresponsal de El Espectador, aunque en precarias condiciones, pues si bien escribió dos novelas, El coronel no tiene quien le escriba yLa mala hora, vivía pobre a morir, esperando el giro mensual que El Espectador debía enviar pero que demoraba debido a las dificultades del diario con el régimen de Rojas Pinilla. Esta situación se refleja en El coronel, donde se relata la desesperanza de un viejo oficial de la guerra de los Mil Días aguardando la carta oficial que había de anunciarle la pensión de retiro a que tiene derecho. Además, fue corresponsal de El Independiente, cuando El Espectador fue clausurado por la dictadura, y colaboró también con la revista venezolana Élite y la colombianísima Cromos.
Su estancia en Europa le permitió a García Márquez ver América Latina desde otra perspectiva. Le señaló las diferencias entre los distintos países latinoamericanos, y tomó además mucho material para escribir cuentos acerca de los latinos que vivían en la ciudad luz. Aprendió a desconfiar de los intelectuales franceses, de sus abstracciones y esquemáticos juegos mentales, y se dio cuenta de que Europa era un continente viejo, en decadencia, mientras que América, y en especial Latinoamérica, era lo nuevo, la renovación, lo vivo.
A finales de 1957 fue vinculado a la revista Momento y viajó a Venezuela, donde pudo ser testigo de los últimos momentos de la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez. En marzo de 1958, contrajo matrimonio en Barranquilla con Mercedes Barcha, unión de la que nacieron dos hijos: Rodrigo (1959), bautizado en la Clínica Palermo de Bogotá por Camilo Torres Restrepo, y Gonzalo (1962). Al poco tiempo de su matrimonio, de regreso a Venezuela, tuvo que dejar su cargo en Momento y asumir un extenuante trabajo en Venezuela Gráfica, sin dejar de colaborar ocasionalmente en Élite.
Pese a tener poco tiempo para escribir, su cuento Un día después del sábado fue premiado. En 1959 fue nombrado director de la recién creada agencia de noticias cubana Prensa Latina. En 1960 vivió seis meses en Cuba y al año siguiente fue trasladado a Nueva York, pero tuvo grandes problemas con los cubanos exiliados y finalmente renunció. Después de recorrer el sur de Estados Unidos se fue a vivir a México. No sobra decir que, luego de esa estadía en Estados Unidos, el gobierno de ese país le denegó el visado de entrada, porque, según las autoridades, García Márquez estaba afiliado al partido comunista. Sólo en 1971, cuando la Universidad de Columbia le otorgó el título de doctor honoris causa, le dieron un visado, aunque condicionado.

Con el poeta cubano Eliseo Diego
Recién llegado a México, donde García Márquez ha vivido muchos años de su vida, se dedicó a escribir guiones de cine y durante dos años (1961-1963) publicó en las revistas La Familia y Sucesos, de las cuales fue director. De sus intentos cinematográficos el más exitoso fue El gallo de oro (1963), basado en un cuento del mismo nombre escrito por Juan Rulfo, y que García Márquez adaptó con el también escritor Carlos Fuentes. El año anterior había obtenido el premio Esso de Novela Colombiana con La mala hora.
La consagración
Un día de 1966 en que se dirigía desde Ciudad de México al balneario de Acapulco, Gabriel García Márquez tuvo la repentina visión de la novela que durante 17 años venía rumiando: consideró que ya la tenía madura, se sentó a la máquina y durante 18 meses seguidos trabajó ocho y más horas diarias, mientras que su esposa se ocupaba del sostenimiento de la casa.
En 1967 apareció Cien años de soledad, novela cuyo universo es el tiempo cíclico, en el que suceden historias fantásticas: pestes de insomnio, diluvios, fertilidad desmedida, levitaciones... Es una gran metáfora en la que, a la vez que se narra la historia de las generaciones de los Buendía en el mundo mágico de Macondo, desde la fundación del pueblo hasta la completa extinción de la estirpe, se cuenta de manera insuperable la historia colombiana desde después del Libertador hasta los años treinta del presente siglo. De ese libro Pablo Neruda, el gran poeta chileno, opinó: "Es la mejor novela que se ha escrito en castellano después del Quijote". Con tan calificado concepto se ha dicho todo: el libro no sólo es laopus magnum de García Márquez, sino que constituye un hito en Latinoamérica, como uno de los libros que más traducciones tiene, treinta idiomas por lo menos, y que mayores ventas ha logrado, convirtiéndose en un verdadero bestseller mundial.
Después del éxito de Cien años de soledad, García Márquez se estableció en Barcelona y pasó temporadas en Bogotá, México, Cartagena y La Habana. Durante las tres décadas transcurridas, ha escrito cuatro novelas más, se han publicado tres volúmenes de cuentos y dos relatos, así como importantes recopilaciones de su producción periodística y narrativa.

En una imagen tomada en Bogotá, 1972
Varios elementos marcan ese periplo: se profesionalizó como escritor literario, y sólo después de casi 23 años reanudó sus colaboraciones en El Espectador. En 1985 cambió la máquina de escribir por el computador. Su esposa Mercedes Barcha siempre ha colocado un ramo de rosas amarillas en su mesa de trabajo, flores que García Márquez considera de buena suerte. Un vigilante autorretrato de Alejandro Obregón, que el pintor le regaló y que quiso matar en una noche de locos con cinco tiros del calibre 38, preside su estudio. Finalmente, dos de sus compañeros periodísticos, Álvaro Cepeda Samudio y Germán Vargas Cantillo, murieron, cumpliendo cierta predicción escrita en Cien años de soledad.
Premio Nobel de Literatura
En la madrugada del 21 de octubre de 1982, García Márquez recibió en México una noticia que hacía ya mucho tiempo esperaba por esas fechas: la Academia Sueca le otorgó el ansiado premio Nobel de Literatura. Por ese entonces se hallaba exiliado en México, pues el 26 de marzo de 1981 había tenido que salir de Colombia, ya que el ejército colombiano quería detenerlo por una supuesta vinculación con el movimiento M-19 y porque durante cinco años había mantenido la revista Alternativa, de corte socialista.
La concesión del Nobel fue todo un acontecimiento cultural en Colombia y Latinoamérica. El escritor Juan Rulfo opinó: "Por primera vez después de muchos años se ha dado un premio de literatura justo". La ceremonia de entrega del Nobel se celebró en Estocolmo, los días 8, 9 y 10 de diciembre; según se supo después, disputó el galardón con Graham Greene y Gunther Grass.
Dos actos confirmaron el profundo sentimiento latinoamericano de García Márquez: a la entrega del premio fue vestido con un clásico e impecable liquiliqui de lino blanco, por ser el traje que usó su abuelo y que usaban los coroneles de las guerras civiles, y que seguía siendo de etiqueta en el Caribe continental. Con el discurso "La soledad de América Latina" (que leyó el miércoles 8 de diciembre de 1982 ante la Academia Sueca en pleno y ante cuatrocientos invitados y que fue traducido simultáneamente a ocho idiomas), intentó romper los moldes o frases gastadas con que tradicionalmente Europa se ha referido a Latinoamérica, y denunció la falta de atención de las superpotencias por el continente. Dio a entender cómo los europeos se han equivocado en su posición frente a las Américas, y se han quedado tan sólo con la carga de maravilla y magia que se ha asociado siempre a esta parte del mundo. Sugirió cambiar ese punto de vista mediante la creación de una nueva y gran utopía, la vida, que es a su vez la respuesta de Latinoamérica a su propia trayectoria de muerte.
El discurso es una auténtica pieza literaria de gran estilo y de hondo contenido americanista, una hermosa manifestación de personalidad nacionalista, de fe en los destinos del continente y de sus pueblos. Confirmó asimismo su compromiso con Latinoamérica, convencido desde siempre de que el subdesarrollo total, integral, afecta todos los elementos de la vida latinoamericana. Por lo tanto, los escritores de esta parte del mundo deben estar comprometidos con la realidad social total.
Con motivo de la entrega del Nobel, el gobierno colombiano, presidido por Belisario Betancur, programó una vistosa presentación folclórica en Estocolmo. Además, adelantó una emisión de sellos con la efigie de García Márquez dibujada por el pintor Juan Antonio Roda, con diseño de Dickens Castro y texto de Guillermo Angulo, a propósito de la cual el Nobel colombiano expresó: "El sueño de mi vida es que esta estampilla sólo lleve cartas de amor".
Desde que se conoció la noticia de la obtención del ambicionado premio, el asedio de periodistas y medios de comunicación fue permanente y los compromisos se multiplicaron. Sin embargo, en marzo de 1983 Gabo regresó a Colombia. En Cartagena lo esperaban doña Luisa Santiaga Márquez de García, en su casa del Callejón de Santa Clara, en el tradicional barrio de Manga, con un suculento sancocho de tres carnes (salada, cerdo y gallina) y abundante dulce de guayaba.
Después del Nobel, García Márquez se ratificó como figura rectora de la cultura nacional, latinoamericana y mundial. Sus conceptos sobre diferentes temas ejercieron fuerte influencia. Durante el gobierno de César Gaviria Trujillo (1990-1994), junto con otros sabios como Manuel Elkin Patarroyo, Rodolfo Llinás y el historiador Marco Palacios, formó parte de la comisión encargada de diseñar una estrategia nacional para la ciencia, la investigación y la cultura. Pero, quizás, una de sus más valientes actitudes ha sido el apoyo permanente a la revolución cubana y a Fidel Castro, la defensa del régimen socialista impuesto en la isla y su rechazo al bloqueo norteamericano, que ha servido para que otros países apoyen de alguna manera a Cuba y que ha evitado mayores intervenciones de los estadounidenses.
Tras años de silencio, en 2002 García Márquez presentó la primera parte de sus memorias, Vivir para contarla, en la que repasa los primeros treinta años de su vida. La publicación de esta obra supuso un acontecimiento editorial, con el lanzamiento simultáneo de la primera edición (un millón de ejemplares) en todos los países hispanohablantes. En 2004 vio la luz su novela Memorias de mis putas tristes.
 

viernes, 9 de diciembre de 2011

DIALECTO COSTEÑO..!

EN LA COSTA ¡!


No saludan hola buen día sino…………………………………………………………………. (Aja mijo como estas ?) 
No dicen que no sino……………………………………………………………………………..……………. “Añoñi”
no están aburridos sino…………………………..................................................……………..........” Achuchapalastrada”
en una pelea……………………..”peo”……. no llega la policía si……………………………………….”los tombos”
no se está interesado  por algo sino q se está……………………………………………………………….…”rrayúo”
mi amigo no está loco sino…………………………………………………………………………………...“arrebató”
un hombre con carácter es…………………………………………………..………………………………..”arrestao”
las personas   que actúan sin medir las consecuencias son………………………………………………….…”arrutanadas“
una Persona inteligente Es……………………………………………………………………...……………...“un bolo”
no comen pan de yuca envuelto en hoja de mazorca o maíz sino…………………………………………….….”Bolloeyuca”
el muchacho es cachetoso…………………………………………………………………………………….“elegante”
si fumas no hueles a cigarrillo sino a………………………………………………………………...……….”Cachimba”
y ojo!! Si tienes miedo estas Cagao pero si haces favores eres una…………………………..…………………”calidad”
Si haces mucho deporte no   tienes fuerza sino…………………………………………………………...……..”cañaña”
y si eres malo con el futbol te dicen………………………………………………………………… “carrucha ó Maleta”
nunca te pegaran ……………………………………………………………………………….…………   “te cascan”
si ganan el partido no se emborrachan... …………………………………………………………..………”se chapetean”
no les favoreció la suerte sino q fue……………………………………………………………… de “chepa” ó “chiripa” 
no se comen una golosina sino q comen……………………………………………………………………..“chucherías”
si te gusta la marihuana eres un……………………………………………………………………….……….“coleto”
a las mujeres de la vida fácil se les dice…………………………………………………………………………”collas”
no se van de rumba con los amigos sino con……………………………………………………………………“el combo”
si alguno es ordinario y sin estilo es………………………………………………….…………………”mero corroncho”
a la mujer fea le dicen………………………………………………………………………………………… “cuero”
somos costeños y mas na!...

LA CUMBIA..!

CUMBIA
“Yo me llamo cumbia, yo soy la reina por donde voy
no hay una cadera que se esté quieta donde yo estoy
mi piel es morena como los cueros de mi tambor
y mis hombros son un par de maracas que besa el sol”.


DEFINICION:
Derivada del vocablo africano "Cumbé" que significa jolgorio o fiesta. La cumbia es un ritmo Colombiano por excelencia, cuyo origen parece remontarse alrededor del siglo XVIII, en la costa atlántica de este país, y es el resultado del largo proceso de fusión de tres elementos etnoculturales como son los indígenas, los blancos y los africanos, de los que adopta las gaitas, las maracas y los tambores.
Su lejano origen se entreteje en la historia latinoamericana cuando una vez agotadas las fuerzas indígenas para los trabajos de explotación de las minas y otras rudas labores, los españoles resuelven importar negros. De la mezcla de esos tambores africanos y la romanza española, nace la cumbia.
En los tiempos de Simón Bolívar (1800), este alegre ritmo caribeño tomó forma en la parte alta del valle del río Magdalena, siendo su epicentro la ciudad de El Banco (Magdalena). Sin embargo, el lugar exacto de su origen, es hoy aún tema de polémica, pues como lo dice la canción YO ME LLAMO CUMBIA: , “Yo nací en las bellas playas Caribes de mi país; soy Barranquillera, Cartagenera, yo soy de ahí; soy de Santa Marta, soy Monteriana pero eso sí: ¡yo soy colombiana, o tierra hermosa donde nací!”
En definitiva, este ritmo creado en el Caribe Colombiano, logra su verdadera difusión en Barranquilla, ciudad porteña situada en la desembocadura del río Magdalena, donde cada año se lleva a cabo el célebre carnaval que con diferentes bailes, rinde homenaje a la cumbia.
Siempre imitada y jamas igualada. Considerada por muchos la reina de los ritmos afrocaribeños; combinación de tambores africanos, melodías criollas y danzas indias; la cumbia, es la expresión más pura del mestizaje colombiano.
EVOLUCION:
A partir de los años treinta, la difusión de este género lo obliga a transformarse para lograr penetrar en la estética musical de las clases acomodadas y medio altas de la sociedad urbana colombiana, y también en algunos sectores de la sociedad rural que consideraban este ritmo indigno e insignificante.
De la cumbia que en su forma auténtica era exclusivamente instrumental, y fue interpretada por muchos grupos gaiteros a través de la costa caribe colombiana, se pasó a la cumbia con letras incluidas, evolucionando al punto de incluir acordeón y más tarde instrumentos electrónicos y orquestación completa. La cumbia orquestada, es decir, la cumbia moderna, adquirió un ritmo encantador que se comenzó a escuchar en clubes, fiesta y millones de hogares.
Para las clases populares fervientes de la cumbia, este hecho significó, una toma de conciencia sobre el hecho de que su música si pudo ser legitimada, digna de ser tomada en cuenta como una forma de arte, sin ningún complejo de inferioridad respecto a otras expresiones musicales.
En los últimos años ha aumentado el interés por la herencia musical de este ritmo, y muchos jóvenes han tomado las gaitas, maracas y tambores, como base fundamental de sus composiciones, en donde el ritmo es impuesto por el tambor costeño.
GENERO MUSICAL:
La cumbia nace al mezclar los sonidos la flauta de millo o bambú, la gaita, el guache, las maracas y los tambores que son: Tambor llamador (macho), Tambor alegre (hembra), Tambora.
La cumbia es en tiempo simple binario (2/2 o 2/4) y está caracterizada por la acentuación en contratiempo. Comienza siempre en un salto ascendente realizado por el millo; enseguida entra la tambora que alterna el paloteo sobre el tronco del tambor con los golpes sobre las membranas, y posteriormente el llamador y el alegre.
El llamador, tiene la función de base, siguiendo una pulsación regular en contratiempo al unísono con el guacho que es sacudido a lo alto en los tiempos débiles y hacia abajo en los fuertes, subrayando la escansión rítmica binaria y acentuando el off beat. El tambor alegre tiene función improvisadora, durante la pieza ejecuta un modulo rítmico de base, con breves variaciones al final de la frase.
El ritmo presente intervalos de revuelos, es decir, intervenciones rítmicas virtuosas extemporáneas, permitidas a todos los instrumentos, con el fin de llevar el ritmo al clímax, desarrollando así, la misma función incitante de los gritos. Entre tanto, el llamador, continua manteniendo una pulsación constante.

La cumbia presenta tres tipos diferentes:

Cumbia Clásica
La cumbia clásica consta de instrumentos como la kuisi sigí (gaita macho), la kuisi bunzí (gaita hembra) y una maraca (taní) acompañadas algunas veces de las suaras (idénticas a las gaitas anteriores); La cumbia clásica es un aire zambo que está formado por una melodía indígena y un ritmo de tambores negros, ésta nunca se canta, solo danza y toque instrumental.
Cumbia Moderna
En la cumbia moderna se encuentran instrumentos como la caña de millo, la guacha, las maracas, el tambor llamador, el tambor alegre y tambora o bombo, todos estos instrumentos típicos del caribe. Existen variantes de la cumbia cantada como el bullerengue, mapalé, los porros, la saloma y malla.

Cumbiamba
Muchos autores en sus escritos hacen diferencia entre cumbia y cumbiamba o también dicen que los negros que llegaron de Africa para ser esclavizados trajeron consigo sus danzas y tonadas especiales y, a medida que pasaba el tiempo, aprendieron castellano y empezaron a cantar. Actualmente cerca de los ríos colombianos donde se instalaron los Africanos en su momento resuenan el currulao y el mapalé y se baila cumbia o cumbiamba.
Según testimonios escritos son dos las diferencias principales que existen entre la cumbia y la cumbiamba: la cumbia se toca con banda, y las bailarinas llevan velas o teas en las manos. La cumbiamba se baila con acordeón y flauta de millo y sin velas".
Al parecer, la diferencia más notoria son los implementos utilizados en el rito de baile y de la instrumentación manejada. Existe también una función para cada uno de los integrantes de la banda:
• El músico mayor es el flautero
• El segundo músico es el tamboreo
• El tercer músico es el bombero
• El cuarto músico es el llamador
• El quinto músico es el maraquero
• El ultimo es el guachero
INTERPRETES:
Por mucho tiempo, la cumbia se paseó por la costa pacifica colombiana, ejecutada por músicos que se integraban para dar alegría a fiestas improvisadas. De estos grupos no se tienen datos precisos. Sin embargo, estas bandas populares cumplieron una importante labor de difusión que permitió la evolución y crecimiento del género.
En 1950 apareció la primera cumbia grabada para comercializar. Era ejecutada con caña de millo y tamboras.
En 1953, se lanza "flamenco" una cumbia compuesta por Soledeño Efraín Mejia. A principios de 1955, aparece el conjunto típico Cumbia de Juan Corralito, el cual graba en un disco por lado y lado una cumbia y la “puya arranca pellejo”. Durante este mismo tiempo, surgió la cumbia de Antonio Lucia Pacheco; quien grabó la pieza musical de “Once de Noviembre".
Antonio "Toño" Fernández fue el primer gaitero que popularizo la música de gaita al incluirle letra. Aunque otros músicos hicieron el intento anteriormente, ninguno fue tan talentoso en escribirle letras a la cumbia, y en improvisar versos que fuesen con ésta. Toño Fernández fue el gestor del grupo “Los Gaiteros de San Jacinto”, grupo que la gente durante mucho tiempo elogió y que en diversas ocasiones representó a Colombia para fomentar el arte y la cultura a través de sus instrumentos.
A principios de los años 50, el maestro Lucho Bermúdez y Pacho Galán, dirigen su atención a la tradición etno-folklórica local, para darle a los temas tradicionales una forma estilizada y un estilo orquestal. Nace entonces "Danza Negra"; una cumbia cantada por Matilde Díaz, que también se llamó la cumbia Colombiana, debido al enorme éxito que tuvo la canción.
A partir de este momento, las cumbias adquieren gran impacto nacional e internacional, al ser cantadas y orquestadas, contrario a la verdadera y autentica ejecución como lo es la que corresponde a los grupos de milleros y de tambores. Los principales grupos que difunden la autentica cumbia son:
• Medardo Guzmán, los cañamilleros de Mahates.
• La cumbia soledeña de Efraín Mejía
• La cumbia moderna de soledad de Pedro Beltrán y la cumbia ritmo Beranoero.
Juan Jiménez "guayaspa" fue el compositor de la cumbia cienaguera, a fines de 1951, la cual ha dado la vuelta al mundo. Por esta razón cada vez que en el exterior se habla de música colombiana es lógico hablar de cumbia, debido a la difusión que logro con la presentación al planeta entero de la cumbia cienaguera.
Otra cumbia de repercusión más reciente ha sido la famosa "pollera colorá”, de Wilson Chopereana. Además de ésta, podemos encontrar "la cumbia sobre el mar", dedicada a Martha Ligia Restrepo, reina de la belleza colombiana, y “Yo me llamo cumbia” de Mario Gareña, que expresa en su letra la síntesis de este ritmo musical.
En Latinoamérica y la comunidad hispana de Estados Unidos, los clásicos de Lucho Bermúdez, Pacho Galán, Mario Gareña o los Corraleros del Majagual, son los más conocidos y escuchados.
En la actualidad el salsero Joe Arroyo, orquestas como El Combo de las Estrellas, Los Tupamaros, el Tropicombo y Bananas o la reciente figura juvenil Cabas han incluido cumbias modernas en sus trabajos, pero sin mantener la línea tradicional.


DANZA:

La cumbia es un ritmo que solía bailarse en las fiestas populares y patronales de Barranquilla y los pueblos de la Costa Caribe. Data de tiempos remotos en los que la falta de luz eléctrica era reemplazada por la temblorosa llama de un paquete de velas.

En la cumbia los músicos son el epicentro de la rueda del baile y alrededor de ellos las parejas rotan bailando incesantes, al compás de movimientos de cortejo sensual. 
En sus épocas de inicio, los participantes bailaban en el mismo sitio -sin desplazarse- y seguían bailando en ronda hasta alcanzar fácilmente la madrugada.

Con el paso de los años, la esquina de la calle Soledad con carrera 23 pasó a ser cita de cumbia cada 11 de noviembre para celebrar la fiesta de San Martín. En la vieja Barranquilla, aquellas noches de cumbiamba eran anunciadas durante el día con una bandera roja colocada en la cúspide de una alta guadua.

Baile:
Coreográficamente se define como una danza de seducción, en la cual la mujer asume una actitud sumisa mientras el hombre baila a su alrededor asediándola; para ello la mujer utiliza un manojo de velas encendidas a manera de antorcha para ahuyentarlo moviéndose en círculos con su pareja.

Marcación del ritmo
La mujer marca el ritmo de cumbia con movimiento de oscilaciones laterales de las caderas, ejecutados en forma natural, sin exagerar, deslizando los pies sobre el piso sin levantarlos, con pasos cortos.

Esto se manifiesta en la posición serena y erguida conque se desplazan. La pollera se eleva en forma pausada y elegante, sin agitarla y sin movimientos bruscos. La correcta marcación del ritmo le dan elegancia y el señorío a la mujer en la cumbia.

El hombre tiene mayor libertad de movimientos; le corresponde marcar el ritmo solo con los pies y se apoya manteniendo elevado el talón del pie derecho.

Coreografía

Es un baile altivo, de galanteo, propio del Caribe colombiano. Los bailadores hacen una rueda de parejas que giran en sentido contrario a las manecillas del reloj. En un circulo interior se desplazan los hombres y en el círculo exterior bailan las mujeres.
Durante todo el baile la actitud de la mujer es de coquetería. Las parejas que bailan en la rueda de cumbia establecen un intercambio. Dentro de ellas el hombre y mujer intercambian un coloquio amoroso a través de gestos y sonrisas con miradas de coquetería. A pesar del galanteo, en ningún momento la mujer debe permitir que su parejo la toque.

Trajes típicos:

Vestuario de la mujer
Lleva falda amplia y larga: la blusa puede ser cerrada, con mangas en tres cuartos: pueden llevar volantes al igual que el remate de la blusa, entallada a la cintura por la espalda y suelta por delante. La blusa puede ser también escotada con gran volante que rodea los hombros y en la cintura va sujeta a la falda.

Tradicionalmente se usaban telas de algodón estampadas en flores y cuadritos: sin embargo, por los cambios en el mercado de los textiles han sido adaptados otros tipos de telas.

Como accesorios se llevan flores de cayena, corales o trinitarias en la cabeza (naturales o artificiales), collares, aretes y zapatos (tipo babuchas, sin medias).

Vestuario del Hombre
Pantalón blanco que se recoge en la parte de atrás, con un lazo: camisa blanca con cuello redondo, pechera adornada con pliegues y manga larga con puño cerrado. 
Como accesorios llevan sombrero, mochilas, chilenas y pañuelo amarrado al cuello.
Otros accesorios: Manojos de velas, encendedores, machetes y vainas, mochilas.

TRASCENDENCIA CULTURAL:

Para que la cumbia llegara a convertirse en símbolo de identidad nacional, tuvo que pasar por el proceso de “blanqueamiento” que tuvieron que pasar muchos ritmos musicales, ocultando los elementos negro-africanos. Aunque siempre ha llevado en su interior una fuerte huella africana, se comenzó a interpretar en forma estilizada por grandes orquestas en los años cuarenta y cincuenta haciéndola más accesible estéticamente, y más aceptable socialmente, a la clase media en el interior del país y para promover su difusión en el ámbito internacional.

Con estas modificaciones, la cumbia, al igual que el bambuco y el pasillo, pasó de una proyección “local” a “nacional”, convirtiéndose en símbolo representativo de la cultura colombiana. Para los colombianos en el exterior, es un símbolo de identidad cultural y de unidad nacional sin importar su origen regional, el estatus social o pertenencia étnica.

Es importante aclarar que es la cumbia orquestada es la que se vuelve representativa en la cultura popular colombiana, y no la cumbia étnica, es decir la costeña o clásica.

La cumbia evidencia un fenómeno de comercialización tal, que se ha transformado hasta dejar de constituirse en signo de identidad costeña. Es así como muchos grupos y músicos colombianos, reconociendo el potencial económico de este género, han seguido grabando cumbias producidas exclusivamente para la exportación a América Central y otras regiones andinas. Estas cumbias fueron transformadas para adaptarse al gusto de poblaciones con tradiciones estéticas muy diferentes a las de la cultura costeña que la origino.

Sin embargo, no obstante su extraordinaria difusión en el mundo, la cumbia no se considera danza nacional colombiana, ya que este lugar lo ocupa el bambuco.